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.- La Vencedora y la Libertadora

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En uno de los artículos publicados en este Blog, con fecha noviembre del 2010, aludí un escrito sobre la Contradanza tomado de “TOPICOS DEL FOLCLOR ZULIANO”, de Víctor Vega Jiménez, publicación del Museo del Folclor de Cabimas, Estado Zulia, el cual voy a trascribir nuevamente a continuación:

“Remontándonos al pasado histórico de Maracaibo, vamos a encontrar una manifestación folclórica que todavía identifica al zuliano… La Contradanza.

Sin duda alguna en esta manifestación folclórica se nota en forma muy marcada la influencia europea, sobre todo de España. No se puede negar que las relaciones políticas y comerciales entre Inglaterra y España eran excelentes para finales del siglo XVII y XVIII. Por otra parte había un intercambio cultural entre estas potencias. En el reino inglés los campesinos tenían un baile popular que gustó mucho a los españoles y tomaron éste préstamo cultural a esa danza que era conocida con el nombre de Country Dance, que luego se castellaniza transformándose en Contradanza.

La contradanza es el ritmo que identifica al zuliano, su composición es de 2 x 4 con 8 ó 16 compases y en la generalidad de los casos posee dos partes, sin que sean repetitivas, es necesario que en su estructura musical aparezcan pies rítmicos de corcheas y puntosemicorcheas.

Sin embargo, a pesar de que en Maracaibo hubo infinidad de compositores de contradanzas, son muy pocas las que hoy en día se escuchan, esto es debido a que la contradanza es de difícil ejecución y por lo tanto es también de muy difícil creación.

A finales del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX fue mayor el auge de la contradanza zuliana. De esta pléyade de compositores podemos recordar al insigne compositor Silverio Añez quien compuso una contradanza zuliana en honor al Libertador, titulada “La Libertadora”, la cual se estrenó en una fiesta que se brindó a Bolívar en la llamada Casa Fuerte, en el año de 1826.

Otra de las contradanzas zulianas, conocida en casi todo el territorio nacional es la composición de Amable Torres, “La Reina”, esta composición fue estrenada en el Club del Comercio en Maracaibo más o menos en el año de 1898. Cuentan que al ser interpretada esta pieza, el señor Willy Larse, alemán de gustos refinados y amante de la buena música, le preguntó al Maestro Torres que cómo se llamaba esa contradanza y éste le respondió: “Los Aires del Milagro”, el alemán le dijo: esa contradanza es muy bella, usted debería cambiarle el nombre, ya que esa pieza es la reina de las contradanzas, Torres aceptó gustosamente la sugerencia y a partir de allí esta hermosa contradanza lleva el nombre de “La Reina”.

Entre buenos compositores de contradanzas podemos citar a Adolfo de Pool quien es el autor de “Lola”, Evencio Añez “La pluma”, Luís Guillermo Sánchez “Maracaibera” y “Mi Lago Azul”, las cuales fueron distinguidas con el primer y tercer premio en el concurso promovido en 1962 con motivo de la inauguración del Puente Rafael Urdaneta, por el Concejo Municipal de Maracaibo.

La contradanza zuliana es la Cédula de Identidad de nuestro folclore, cuídala, no dejes que se pierda, es algo muy tuyo, es tu herencia y tu identidad. ”


Como podrán leer allí se hace mención a la contradanza La Libertadora y se señala que fue compuesta por el insigne compositor Silverio Añez  “la cual se estrenó en una fiesta que se brindó a Bolívar en la llamada Casa Fuerte, en el año de 1826”

Pues bien, el buen amigo José Vicente Gil, lector de este Blog me refiere lo siguiente:

 “ EN ESTE ARTICULO DICEN QUE LA CONTRADANZA"LA LIBERTADORA" FUE ESCRITA POR EL MÚSICO ZULIANO SILVERIO AÑES EN 1826 PARA EL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR, PERO LOS COLOMBIANOS DICEN QUE ES ANÓNIMA Y FUE TOCADA POR PRIMERA VEZ EN SANTA FE DE BOGOTA EN 1819 A LA ENTRADA DE SIMON BOLIVAR Y DE SANTANDER DESPUES 3 DIAS DESPUES DEL TRIUNFO SOBRE LAS TROPAS REALISTAS EN LA BATALLA DE BOYACA. QUE ME PUEDE DECIR AL RESPECTO”.

Indagando sobre la inquietud que presenta José Vicente, pude encontrar los siguientes escritos en los cuales se hace referencia a lo que él plantea:

LA VENCEDORA Y LA LIBERTADORA, UN LEGADO HISTÓRICO DE COLOMBIA.

“En una investigación acerca de nuestros valores histórico-culturales surgió la iniciativa de la recuperación de dos obras musicales importantes en el proceso de consolidación de Colombia como nación durante el siglo XIX. Estas dos piezas colombianas tienen un gran valor musical, simbólico e histórico y vale la pena recuperarlas como un legado propio de nuestra cultura colombiana.

“La Libertadora” y “La vencedora” son dos Contradanzas que tienen su origen en la Contradanza Española. Su compás es binario, escrita normalmente en 2/4 y tiene un carácter alegre y especialmente se puede bailar. En Colombia se desarrolló particularmente en las Costas. Se puede considerar como un antecesor del Porro. El lenguaje musical de estas dos obras, además de lo anterior, tiene la característica de ser música de salón con una gran influencia melódica y armónica correspondiente al momento histórico europeo de la época, es decir, final del Clasicismo y comienzos del Romanticismo.

La Guerra de Independencia de Colombia, período comprendido entre 1810 y 1819, fue un momento muy importante para la construcción de nuestro país. La música de esta época ha sido uno de los factores culturales menos estudiados y difundidos. La Contradanza surgió como un aire patriótico que se interpretaba  tanto en las fiestas de salón como en las grandes batallas. “La Vencedora” fue tocada el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá, lo que simbólicamente, se puede considerar como el nacimiento de Colombia. Igualmente, sonó en el recibimiento de los libertadores en Bogotá. “La Libertadora” se tocó repetidas veces alternada con La Vencedora en el baile ofrecido a los libertadores en el Palacio de San Carlos y en fiestas de plaza.

Para el ejercito libertador la Contradanza era más popular que el Bambuco y el Pasillo. “La Vencedora” era nuestro Himno Nacional antes de la creación del actual. “La vencedora ocupa un lugar semejante al de “La Marsellesa”, “La Bayamesa” y la “Borinqueña” en los conflictos sociales de Francia, Cuba y Puerto Rico, respectivamente, es decir, es una canción que se funde con el movimiento histórico. En los primeros tiempos del periodo republicano tenía el status de Himno Nacional.”

A partir de las anteriores reflexiones, surgió la idea de hacer un arreglo musical de las dos contradanzas para que se toquen en los grados del colegio, como un homenaje a nuestra cultura y que sea la música que recibe a nuestros estudiantes en el momento final de su escolaridad.

El arreglo musical se hizo para piano, chelo, guitarra y saxofón en un ensamble de cámara que maneja el lenguaje musical del siglo XIX. Adicionalmente, se  realizó una grabación de audio. El estreno se hará en los grados de la promoción 2008-2009.”


Fuente: Jorge Arturo Vargas García
                Profesor de música - Colombia
                      


BOLÍVAR Y LA LIBERTADORA 

“Un importante índice de la fuerte presencia de la música en el temperamento costeño de entonces yace en la personalidad de Simón Bolívar, nacido a orillas del Caribe venezolano y portador de rasgos culturales muy cercanos a nuestra costa atlántica. Su pasión por la música popular consta en la escasa información disponible, como si en ello el fundador de la república hubiera querido dejar a la posteridad un mensaje en clave: a bailar los unos con los otros como yo he bailado, he ahí Vuestro futuro. Un rústico clavicordio, que hoy forma parte de la colección Perdomo, lo acompañó en muchos viajes, y quienes lo conocieron de cerca, como el general José Antonio Páez, coinciden en afirmar su proclividad al baile y su destreza para el mismo, así como para algunos elementos propios del entorno danzario como, por ejemplo, la galantería hacia el sexo femenino. Los testimonios salidos de la legación argentina en Bolivia lo muestran como una especie de líder en las actividades festivas, lo que hoy se denominaría frívolamente como el "alma de la fiesta". El episodio de su amorío con la estadounidense Jeannette Hart, ocurrido en 1825, lo muestra como un consumado bailarín, según cuenta ella misma en su Diario, que cita Antonio Maya en su obra sobre el intrigante asunto:

'Cuando bailaba con el general Bolívar pude notar que solamente los pies de un bailarín por naturaleza podían llevarme a través de aquellos intricados pasos y figuras de aquellas danzas exóticas y poco familiares para mí [...] La última pieza que tocó la banda y que bailamos los dos, fue un vals; la multitud cesó de bailar dejándonos el centro del salón a nosotros solos y colocándose alrededor para vernos bailar [...] La armonía de nuestros movimientos era tan bella, que ninguna otra pareja hubiese podido competir. El general se movía como si los acordes de aquel vals emanaran de su propio cuerpo, era algo como una disposición heredada.'

Esta norteamericana podía tender a mitificar los hechos pasados y épicos de su vida afectiva, es cierto, pero en este caso el mito tiene un fuerte sustrato material. Que Bolívar hubiera resultado un gran amante, una especie de latin lover, un hombre inolvidable para ella, lo indica el hecho de que hasta el final de su vida Jeannette mantuvo cerca de su corazón el retrato y otros recordatorios de su novio prócer. Lo importante es que su testimonio podrá estar exagerado o quizás el recuerdo del travieso Libertador sacralizado por el paso del tiempo, pero no hay duda sobre su vocación rumbera. Tampoco la hay sobre la identidad de los ritmos principales de la época: el minué, que era el menos apetecido por rígido y formalista; la cachucha, la jota, el bolero, el ondú —baile muy elegante, de origen peruano—, el vals, el bambuco y la contradanza, que era su ritmo favorito.

La marcada inclinación del Libertador por este último ritmo merece consideración especial. En el estado actual de las investigaciones no hay muchas luces sobre el desarrollo de la contradanza en Colombia, y la mayoría de las afirmaciones deben entenderse como hipotéticas. Parece ser que la contradanza más escuchada fue la española, aparecida en las cortes peninsulares como resultado de la influencia francesa, y no la diseminada en el Caribe por la emigración haitiana a raíz de la legendaria sublevación del Bois Caiman a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Así las cosas, parece que Colombia recibió el ritmo favorito de la nobleza española mientras que Cuba acogió un baile burgués de figuras, muy popular en la provincia francesa pero que no llegó a Versalles. En todo caso, esta predilección del Libertador tuvo su eco en el ejército republicano, que acostumbró incluir contradanzas en sus actos marciales y, así, vemos que en la batalla de Boyacá se tocó repetidas veces una contradanza llamada  La vencedora y, con ocasión de la entrada triunfal del ejército libertador a Bogotá se compuso, en honor de Bolívar, una célebre contradanza titulada  La libertadora. No sería del todo descabellado pensar que estas piezas ocuparon en nuestras luchas independentistas un lugar semejante al de La marsellesa, La bayamesa y La borinqueña en los conflictos sociales respectivos de Francia, Cuba y Puerto Rico.

Ahora bien: el repertorio musical más vanguardista de nuestra gesta emancipadora no estuvo formado por auténticos ritmos de la tierra, como sí ocurre en proyectos revolucionarios como el de José Martí, que tuvo como símbolos vivos al punto cubano y el son oriental, y con la Revolución Mexicana, que todo los latinoamericanos hemos sentido a través de sus corridos. En este sentido, se puede decir que nuestra lucha independentista apareció demasiado temprano en la historia, cuando todavía no habían florecido los productos culturales del proceso de mestizaje con la música popular a la cabeza. Ni siquiera en la costa atlántica contaban los sectores republicanos con una cultura sonora propia, como lo evidencia el baile que el general Ucrós ofreció en Cartagena al Libertador, festejo que debió de resultar muy elegante y aburrido, porque sólo se bailó minué, ritmo europeo de mucha etiqueta y poca popularidad, como lo sugieren quienes han escrito sobre esta ocasión .

Ya en la época de Bolívar se capta la existencia de una usanza muy extendida en la costa atlántica y todo el Caribe. Posada Gutiérrez refiere que, en los bailes de Cartagena, a la medianoche aparecían "algunos bailes de la tierra alegres y vivarachos", y con esto los rumberos señoriales cartageneros reproducen la relación vergonzante con la música de los sectores populares que se repite, con variantes, en todas partes: la música socialmente aceptada es la europea, con diferencia de poca o ninguna significación, y la de los sectores populares es silenciada totalmente o sale a relucir en las horas perdidas de la madrugada, cuando sólo quedan en el baile los espíritus más esclarecidos, perniciosos o bohemios de las clases pudientes. Semejantes debilidades coyunturales de la buena sociedad blanca no quedarían sin consecuencia para la historia, pues con esto se establecía un mecanismo de comunicación y asimilación de los elementos musicales originados en los sectores populares. No sería excesiva suspicacia pensar que estas conductas un tanto irregulares fueron uno de los muchos caminos utilizados por la música costeña para ampliar su radio de acción en un proceso lento que duró muchísimos años. ”

Fuente: Biblioteca Luís Ángel Blanco 
               Boletín Cultural y Bibliográfico,
               Número 19,Volumen XXVI, 1989 




LA VENCEDORA Y LA LIBERTADORA (CONTRADANZAS)
Autor: Anónimo
Versión Instrumental: Rubén Darío Gómez Prada
NOCTURNAL SANTANDEREANO

"La Vencedora fue ejecutada en el campo de Boyacá, el 7 de agosto de 1819, hacia las cuatro de la tarde, cuando el Ejercito Libertador, al mando del General Bolívar, ya había derrotado a las fuerzas españolas y se consolidaba así la Independencia de la Gran Colombia. Los músicos militares que la interpretaron estaban al mando del Coronel José María Cancino.
Mientras que La Libertadora fue compuesta para la entrada triunfal del Libertador a Bogotá, el 10 de agosto de 1819, y fue interpretada, alternadamente con La Vencedora, durante el baile ofrecido para las tropas grancolombianas en el Palacio de San Carlos y en las fiestas populares que se escenificaron en la Plaza Mayor de Bogotá, a lo largo de los 15 días posteriores de la victoria."





LA VENCEDORA
Autor: Anónimo
GRUPO INSTRUMENTAL FOLCLORICOD ELA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA
(La contradanza la vencedora, es una composición anónima del siglo XIX con música de tipo marcial, alegre y con aires de libertad. Fue interpretada en el glorioso campo de Boyacá el 7 de Agosto de 1819 hacia las 4 de la tarde, por iniciativa del coronel José María Cancino)






LA LIBERTADORA
Orquesta de cuerdas colombianas de Armenia




Como se podrán dar cuenta la inquietud del amigo José Vicente Gil nace de la siguiente interrogante: ¿Cómo pudo ser compuesta por el compositor zuliano Silverio Añez en 1826, si fue interpretada en 1819 en el baile ofrecido a los libertadores en el Palacio de San Carlos en Bogotá?    

El error que se presenta en lo escrito por el profesor Víctor Vega Jiménez debe ser que se menciona que la contradanzaLa Libertadora se “estrenó”, lo cual no es sinónimo de “compuso”. Esta situación me obligó a escudriñar un poco más en la historia de dicha contradanza y me encontré con el siguiente artículo:

VISITAS DE BOLÍVAR A MARACAIBO

“Primera visita a Maracaibo

Después de la Batalla de Carabobo, el Libertador decide ir a Bogotá y toma la vía Valencia, San Carlos, Barquisimeto, Carora. Debemos recordar que en esos tiempos no había carreteras como las hay hoy en día y que los viajes duraban mucho tiempo. Al llegar a Trujillo va al Puerto de Moporo y se embarca en la goleta “Paquete” que lo trae a Maracaibo el día 29 de agosto de 1821.

Glorioso recibimiento

Desembarca como a las 9 de la noche y al principio la gente no se da cuenta de su llegada, pero cuando se enteran, las calles se llenan de personas que lo querían felicitar. Desde el balcón de la Casa de Gobierno situado en la hoy Plaza Bolívar, el Libertador le habló a la multitud. Al día siguiente fue llevado a la Catedral en un carruaje que era tirado por seis jóvenes y rodeado de bellas muchachas que le colocaban flores durante todo el trayecto.

Permaneció el Libertador en esta ciudad hasta el 18 de septiembre, o sea 20 días. Durante ese tiempo se encargó de asuntos oficiales y cambió los planes de viaje. A las 4 de la tarde se embarcó en una goleta que lo llevó a San Carlos del Zulia y de allí a Cúcuta.

Segunda visita a Maracaibo

Bolívar llega a la ciudad el 16 de diciembre en el viaje inaugural del Steamboat, primer barco a vapor en surcar el Lago. Decretó el establecimiento de un hospital para leprosos en la isla de Burros (hoy Providencia), que empezó a funcionar en 1831. Puso al Zulia en estado de alerta y nombró al general Rafael Urdaneta, Jefe Supremo del Ejército.

Grandes celebraciones


En Maracaibo se hospedó en la llamada “Casa Fuerte” o también “Casa de la Moneda”, residencia situada en la esquina de las calles Urdaneta y Bolívar, donde hoy está el edificio del Banco de Venezuela. Se llamaba así, porque en tiempo de la Colonia allí se fabricaba (acuñaba) la moneda.

En la recepción ofrecida bailó la contradanza “La Libertadora” del compositor y médico Silverio Añez, natural de San Rafael del Moján quien la había escrito en 1819 con motivo de la entrada triunfal de Bolívar a Bogotá.

También se dice que el capitán José Antonio Almarza, prócer y considerado de los primeros poetas de Maracaibo, le entregó su composición “Soneto al Libertador”. Posteriormente, Bolívar camino a Coro, pasó la noche en los Puertos de Altagracia en donde hoy funciona el Centro Histórico y Cultural de Altagracia.”

Fuente: Dr. García Mac Gregor 
                Publicado en "El Zulia y su gente"
                2da Edición.


De acuerdo a lo leído infiero que la fecha (1826) que aparece en el artículo de Víctor Vega Jiménez se refiere a la segunda visita de Bolívar a Maracaibo, el 16 de diciembre de 1826, en la cual bailó la contradanza La Libertadora, pero que esta pieza musical ya la había compuesto el Dr. Silverio Añez en el año 1819, con motivo de la entrada triunfal del ejercito libertador a Bogotá.

He visto que aún en Colombia mencionan esta contradanza como de autor anónimo y hasta leí que se atribuía a una mujer que en esa época compuso más de 20 contradanzas en honor a Bolívar. 

En Wikipedia, contradanza La Libertadora,  aun aparece como de autor desconocido.

De ser comprobado que esta hermosa pieza es obra del compositor zuliano Dr. Silverio Añez, me parece justo que se hagan los trámites ante quien corresponda en Venezuela y más todavía en Colombia, ya que allá es considerada como su segundo Himno, para que se reconozca su autoría musical.

Bueno me despido, en especial de José Vicente Gil, con el merecido agradecimiento por hacerme indagar un poco más sobre tan preciosa pieza músical.

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