“Eran los tiempos en que las leyendas misteriosas y los cuentos de fantasmas y aparecidos se trasmitían mutuamente por las personas durante las noches de tertulia cotidiana. En aquel entonces, como ahora, las familias acostumbraban a sentarse en el frente de sus casas a conversar con sus vecinos, de los diferentes temas entre los cuales se comentaban los sucesos diarios d aquella época: La guerra… que si vienen los alemanes, que mañana voy donde Numa Pompilio Lean, las cervezas en la Zulianita, los platinos en las piraguas.
Una noche hallábase conversando, cuatro personas vecinas, entre ellas una señora de 28 años, a punto de dar a luz. Eran aproximadamente las 11 de la noche cuando de pronto escucharon una voz lejana y cercana a la vez, envuelta en un eco, que se desplazaba como el viento, “Bartolo traéme el cayuco”, cuentan que venía de los lados del malecón y se perdía en los callejones oscuros y solitarios de Santa Lucía.
Un sudor frio se apoderó de las personas que estaban allí, era el floklore de aquellos tiempos, nacido de las creencias de procedencia ancestral que habitaban en la mente y los corazones de aquella gente humilde e ingenuas. El miedo terminó con la reunión y cada quien se acostó con el “Ave María Purísimo” en la boca.
Esa noche la mujer en víspera de dar a luz se acostó con la ayuda de su esposo, pues la preñez le impedía hacerlo por si sola, estaba sumamente intranquila y no pudo dormir el resto de la noche.
Por fin, el clarín de la aurora despertaba la ciudad, los pinceles del Creador se empapaban de la luz del manantial del alba, coloreando con tonos claros y puros el horizonte en lontananza. Maracaibo, 9 de mayo de 1938, 6 de la mañana…
Al alba, el canto del gallo fue sustituido por el llanto del recién nacido interrumpiendo el silencio de la mañana, causando alegría entre los familiares y vecinos que comentaban su nacimiento. “Parió Idacira y fue varón…” Ricardo José había nacido en la casa de sus padres, Ida Cira y Luís Ángel, quienes compartían el jubilo y la emoción por la llegada del nuevo vástago, el (IV) cuarto de sus hijos, la casita donde nació estaba situada en la calle Baralt, entre el Puente O’leary y la Av. El milagro (antes Guayaquil), parroquia Santa Lucía.
Ricardo creció al calor de la dulce compañía de sus padres, hermanos y de su abuela materna, esta última, representó para él, durante su vida, la historia viviente del Maracaibo. Fue la fuente de la cual bebió el néctar de la tradición.
Hermelinda Gonzáles le enseñó a su nieto un sin número de canciones, valses, bambucos, décimas y por supuesto gaitas… preludio de su vida como gaitero.
LA ESCUELITA PAGA:
Ricardo ingresa a su primera escuelita cuya maestra era una anciana d nombre María Pulgar, quien había dedicado toda su vida a enseñarles a los niños las primeras letras. Esta noble señora en su juventud impartió enseñanza a personas posteriormente célebres como el Dr. Gómez, eminente cirujano de brillante trayectoria aquella época, así como al Dr. Jesús Enrique Lossada, quien fuera luego Rector de nuestra Universidad.
En testa escuelita se pagaban dos bolívares semanales y se usaba para aquel entonces el librito “Mantilla”, de donde Luís Esteban, el hermano mayor de Ricardo, tomó de uno de sus cuentos el nombre de su personaje llamado Ricardito y le pidió a su padre, Luís Ángel que bautizara a su hermanito recién nacido.
Ricardocontinuó sus estudios de primaria en la Escuela “Clemencia Urdaneta” (Santa Lucía) y Escuela “Padre Delgado” (parroquia Bolívar) en donde terminó la primaria. Estando en la escuela ingresó al movimiento Scout de Venezuela.
Al terminar primaria, Ricardo fue enviado a la Escuela Normal “Gervasio Rubio”, en Rubio, Edo Táchira, allí aprendió a tocar el cuatro, lo que promovió su ingreso al conjunto musical que habitualmente hacía presentaciones en los diferentes actos culturales de la escuela. Muchas fueron las veces que Ricardo contempló ensimismado, bajo el tenue sopor del silencio profundo, las montañas dormidas de los Andes.
Tal vez musitando en su interior el bello vals de Luís Guillermo Sánchez: “Extasiado en mis recuerdos, contemplando la lluvia al caer…” cautivo de la visión que se presentaba ante si, para en algún instante volver su pensamientos hacia Maracaibo su ciudad natal. “Muy lejos de mi ambiente pensando en mi lago, de la ciudad natal que un día me viera nacer”.Así, entrerecuerdos,estudios y música se diluía el tiempo en la llovizna pertinaz de Rubio.
COMO REGALO UN POEMA
(Rubio 12 de mayo de 1957)
A MI MADRE
Saludos madre querida
estoy lejos de ti, pero muy cerca
me guiaste por el camino sin penumbra
que he de recorrerlo mientras tenga vida.
Con esos cuatros versos te saludo
hoy que la luz en tu pupila alumbra
y en este día mi papel te nombra
aunque la lejanía se nombró tu escudo.
Día de la madre y no tengo que ofrecer
te, tan solo este papel para escribirte
y el alma de mis versos para amarte.
Que grato son, madres, esos instantes
en que todos te adoramos
quiero arrullarte el alma con mis besos y
y darte un abrazo con todos mis hermanos.
No sé si estás sola, madre mía
o si tienes la dulce compañía de mi padre
no sé si estás lavando o cocinando
no sé si estás alegre o triste
solo sé que yo no te he olvidado
que estoy lejos de ti y te recuerdo
que sé que todavía no te has muerto
que sigues siendo mi madre querida.
Bendita seas tu y todas las madres
feliz que sea yo, porque te tengo en vida
tristezatristeza, para aquellos que la
tengan muerta.
GAITA Y TRABAJO
Ricardo Aguirre se gradúa de maestro normalista el 23 de julio de 1957 y es aceptado por la Cia. Shell de Venezuela como maestro de sexto grado para trabajar en la Escuela “Rafael Urdaneta” en Bachaquero. El hecho de estar cerca de Maracaibo le permite compartir con sus amigos los fines de semana con quienes en periodo de vacaciones ya había tenido la oportunidad de formar un pequeño conjunto gaitero, con los muchachos del sector Veritas, este grupo se llamó posteriormente “Los Sabrosos” para aquel entonces el conjunto era una cosa informal y solamente tocaban en reuniones familiares.
Un día decidió venirse a trabajar a Maracaibo, renunció a la Shell y consiguió trabajo en la Escuela “Monseñor Granadillo”. Allí conoció a su futura esposa Teresita, quien también era maestra.
UN POEMA DESCONOCIDO Y MISTERIOSO
Un día, Ricardo descansaba en su cama, estaba dormido, momentos después llamó a su madre y le pidió lápiz y papel. Escribió y le dijo a su madre que lo guardara, esta lo guardó sin leer lo que Ricardo había escrito y años más tarde, a los cinco años de su muerte, su madre consiguió entre sus cosas el papel y leyó lo siguiente:
“Mi vida como una vela”
Viví, como viven las velas
lloré, como los cirios
lágrimas hervidas…
blancas… derretidas
y entre estímulos grises
desvanecí mi cuerpo.
Creo que tengo mi ventura extinta
yo fui como las velas,
como esos arbolíneos cuerpos
extendidos y sin sostenes óseo
fui cuerpo que ahuyentó las sombras
que enardecieron sus ocasos.
Mi trabajo fue luz
y fue cirio mi cuerpo cericulto
y fui lo que dura una vela
una aventura extinta, sepultada
en el sitio sin luz donde la luz se calla…
Agosto, 23 de 1960
Ricardo acepta la invitación de Cardenales y hace allí su nido gaitero. Llevándose a sus hermanos Rixio, Renato y Alves Aguirre, con ellos y otro grupo de gaiteros funda “Cardenales del Éxito”.
De Ricardo Aguirre “El gran zuliano”, poeta, músico gaitero, compositor, declamador, locutor, maestro de escuela, cantante, arreglista y director. Su historia, toda esa serie de acontecimientos están íntimamente ligados a su pueblo, con el que se identificó a través de sus gaitas y composiciones y sobre todo su voz… es voz profunda, melodiosa, penetrante, con la que infinidad de veces cantó a Maracaibo, a su gente, a sus angustias. Su esencia permanece en los corazones de los zulianos. Raza de un pueblo noble y creyente…"
Fuente: Renato Aguirre G,“El regionalista”
Aida Cira Gonzàlez
Renato Aguirre G.
MADRE
Autor: Pedro Colina
Canta: Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
DEVOCIÓN GAITERA
Cantautor: Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
MI CHINITA
Autores: Ricardo Aguirre y Jairo Gil
Canta: Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
MADRE ADORADA
Cantautor: Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
EL PESCADOR
Autor: Ricardo Aguirre
Cantan: Ricardo Aguirre y Nerio Ríos
Cardenales del Éxito
MARACAIBO MARGINADA
Autor: Ricardo Aguirre
Cantan: Ricardo Aguirre y Argenis Carruyo
Ricardo Aguirre y sus amigos
Son anécdotas e historias que merecen ser recordadas para preservar la memoria histórica de nuestra gaita zuliana… la gaita maracaibera.
Ahora bien, la memoria histórica de nuestros gaiteros no sólo debe ser preservada a través de escrituras para lo cual prestan un gran servicio los cronistas y cultores de este género, sino que también nuestro pueblo y en especial nuestros gobernantes tienen la obligación de mantener y conservar intactos los lugares donde se les venera y se les rinde culto; como es el caso de la Plaza del Parroquiano Astolfo Romero.
Esto lo traigo a la palestra a propósito de haber leído en este día una noticia que me causo gran pesar:
“Actualmente la estatua de Astolfo Romero, que representa a la plaza del mismo nombre, y la cual está ubicada en la avenida Delicias con Universidad, de Maracaibo, se encuentra en el abandono y en el suelo desde hace varias semanas.”
“Los ladrones fueron los que la dañaron. La arrancaron de su pedestal creyendo que era de hierro o bronce y como se dieron cuenta que es fabricada en yeso, la dejaron en el suelo. Acá los huelepegas se han apoderado de la plaza para robar, ningún funcionario se encarga de velar por la seguridad de este espacio, dijo un vecino quien prefirió el anonimato.”
Dios mío que desidia; el abandono es total… En vez de estar confabulándose para apropiarse indebidamente de afamadas agrupaciones, busquen la manera de apropiarse del cuido y mantenimiento de estos sitios memorables de nuestros iconos gaiteros y traten de ayudar a tantos de ellos que viven actualmente casi en la indigencia, algunos con míseras ayudas económicas que de vaina les alcanza para comprar el “recao de olla”, ni se diga de las medicinas que tanto necesitan.
EL HAMBRIENTO
Autor: Luís Ferrer
Canta: Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
Jack hermanito, cada vez se nota más la ausencia de tus composiciones. Échanos la bendición.
>>>